Texto: Evan Goodfellow
Cuando viví en Corea, me enteré de una historia amargamente cruel de traición entre amigos. Una historia como nunca he vuelto a escuchar. Nunca conocí personalmente a los participantes, pero el amigo que me la contó parecía conocer a todos los involucrados. La historia incluye a dos chicas que vivían juntas en Itaewon, el distrito extranjero de Seúl. Sunjin y Niko estaban en sus veintes y se habían conocido en algún antro hace algunos años. Niko era de Osaka, Japón y tenía un novio parisino llamado Pierre. Sujin también tenía un novio que era de los Estados Unidos y trabajaba como maestro de Inglés.
Los que conocían a Niko solían describirla como una chica liberal, sobre todo para un país como Corea. Había historias sobre ella cogiéndose a Pierre frente a Sujin y otras amistades que iban a su departamento. A Niko también le gustaba derrochar dinero. No tenía trabajo pero todos asumían que provenía de una familia acaudalada. Niko vestía ropa cara y le encantaba salir de antro. Mi amigo se dio cuenta de cosas raras sobre ella al ir conociéndola más. Una de esas cosas raras incluía a una Niko semiborracha y a mi amigo en un antro. Mi amigo John conoció a unas turistas japonesas mientras iba por unos tragos para él y Niko. Las invitó a unírseles pensando que Niko se pondría contenta al encontrarse con gente de su país. Cuando John le presentó las chicas a Niko, éstas empezaron a hablar en japonés, pero Niko fingió estar completamente borracha y ser incapaz de hablar. Al parecer, esta no era la primera vez que Niko actuaba así frente a gente de Japón.
John había estado muy ocupado y hacia tiempo que no veía a las dos chicas cuando se enteró que Sujin y su novio habían sido arrestados por posesión y venta de drogas. Una pelea había ocurrido entre las dos amigas y había subido a proporciones catastróficas. Nadie sabía sobre qué habían discutido. Sin embargo, una día antes de la pelea alguien había llamado a la puerta. Sujin abrió la puerta y se encontró con la policía coreana que venía a registrar la vivienda. El departamento fue barrido por la policía y encontraron marihuana en el cuarto de Sujin. Su novio vendía pequeñas cantidades de mota a sus compañeros maestros, y fue arrestado y deportado a los Estados Unidos. Cuando salió del departamento esposada, Sujin notó una leve sonrisa en el rostro de Niko.
Sujin aprovechó el tiempo que pasó en prisión para armar las piezas del rompecabezas: ¿Quién había causado esto y cómo se vengaría?El día que salió de prisión, fue directo a la computadora de su departamento, sacó el papel con las notas que había escrito y comenzó a redactarlas. Copió el mensaje para poder repartirlo a una multitud. Fue directo a la página de Niko y copió el mensaje a todos sus contactos. El mensaje respondía a las preguntas de la gente sobre el dinero de Niko y el por qué nunca trabajaba ni se relacionaba con gente de su país, pues incluía un enlace a una página donde Niko ofrecía sexo a empresarios y algunos mensajes que le había escrito a Sujin, contándole sobre los hombres que se había cogido por dinero. El hecho de que no se relacionara con gente de Japón se debía a que Niko no era realmente japonesa, sino coreana. Originaria de un pequeño pueblo al sur del país, se había hecho pasar por japonesa para librarse de los estigmas y prejuicios de sus connacionales.