“Desearía remover la capa externa de los humanos y ver lo que hay debajo de ellos, lo que es verdad, lo que te hace ser humano”, así describe Tip Toland (Filadelfia 1950) sus impresionantes esculturas hiperrealistas.
El hiperrealismo es una de las corrientes artísticas más populares dentro del mundo del arte y del público en general, dado el detalle y calidad que se requiere para crear las obras. Esta corriente nace a finales de los años sesenta y con el paso del tiempo se ha popularizado principalmente en la pintura. Existen escultores hiperrealistas muy famosos como lo es Ron Mueck, Duane Hanson y Richard Stipl entre otros, sin embargo Tip Toland es de las pocas mujeres en el mundo del arte en realizar este tipo de esculturas.
La técnica de Toland es sumamente compleja al usar la encáustica para dar un acabado de cera en la superficie con el fin de simular piel, así mismo aplica cabello humano y usa ojos de porcelana, detalla cuidadosamente las arrugas, líneas de expresión e inclusive hace lunares y cicatrices para aumentar el realismo de sus piezas.
En sus esculturas se puede encontrar una amplia gama de personajes de gran formato, principalmente niños o adultos mayores. La razón por la que ella elige a estos personajes se debe a su búsqueda por adentrarse en el interior del ser humano, quitarlo de todos los tapujos que se suele tener en la vida cotidiana y representarlos en posiciones o estados de vulnerabilidad, reflejar la fragilidad y el estado transitorio del ser humano como es la etapa infantil y la vejez.
Pocas veces nos tomamos el tiempo de contemplar nuestro entorno a detalle y a las personas que nos rodean, por lo cual Toland se da a la tarea de crear estos personajes para poderlos contemplar sin restricción, permitiendo adentrar en ellos y también en nosotros para generar emociones como nostalgia, alegría o simple empatía.
Texto: Cristina Sandoval