Por: Carlos M. Román
MOMO es una marca joven de ropa masculina creada en México. Su más reciente colección representa una propuesta casi biográfica de Antonio Zaragoza, el creador de la marca, ya que en ella el diseñador trata de crear ropa a partir de sus memorias. Se trata de una colección en la que cada prenda es confeccionada a la par de sus recuerdos, e incluso es hecha al tamaño del diseñador. En ella Antonio pretende reflejar una parte de él mismo, con pantalones y chaquetas que fueron hechos basándose en técnicas de deconstrucción y desgaste, también hay algo de tejido que se desprende de su obsesión por la música, el amor, y la muerte.
Hablamos un poco con Antonio sobre esta colección y la inspiración que lo llevó a ella:
¿Cómo fue que comenzaste esta colección?
Todo inició con una lista de canciones que escuchaba, en ella sonaba The Stone Roses; pensaba hacer una colección basada en un adolescente lidiando con la ansiedad y los problemas. Empecé a bordar las canciones en una tela que después usé para las prendas. Creo que cuando eres adolescente te obsesionas con facilidad, de chicas que te gustan o de bandas.
¿Qué bandas escuchas?
Beach Fossils, Metz, Baby Nelson & The Philistines, Ty Segall, Deeehunter, A Place To Bury Strangers y Dirty Beaches…
¿Por qué es tan importante para ti, y para esta colección el papel del adolescente?
La adolescencia nos define, en esa etapa experimentamos todo, la sociedad nos permite hacer muchas cosas, si estás tirado en el piso de un concierto, no te ven mal, porque así es como un adolescente debe de ser, según la sociedad.
¿Crees que los conciertos son de esas cosas indispensables en la vida de un adolescente?
Sí, la gente y el tipo de energía que se crea, estar en el centro del slam, escuchar gritos, sentir golpes, brincar, es increíble. La conexión que se crea entre los músicos y el público. Las personas están viviendo el momento en un 100 por ciento, es algo muy poderoso.
¿Frecuentemente experimentas con textiles?
Ahora que lo pienso, sí, una vez incorporé látex en tela, y mientras estaba fresco agregué pintura verde ácido, azul y rosa pastel. Después una de mis profesoras me enseñó una técnica donde coses un plástico en forma aleatoria y después ese mismo plástico lo sumerges en agua y desaparece, sólo queda lo que cosiste, creo que el resultado simula telarañas. Para esta colección hice algo muy obsesivo y repetitivo, pensaba en cartas que escribía y canciones, todo eso lo bordé.
¿Tienes limites mientras diseñas?
Al momento de diseñar me limito a un cuerpo, creo que si no tuviera un limite me volvería loco, por eso no estudié música o arte, creo que ahí no existen los límites.