Editorial
Por alguna extraña razón, a veces las palabras abandonan su significado habitual. Sucede cuando repites una palabra hasta que pierde el sentido. Recuerdo claramente la primera vez que me pasó: fue con la palabra elefante. Yo tenía 4 o 5 años.
La palabra pánico ha estado persiguiéndome de manera intermitente por algunos años. Tanto estuvo presente esa palabra / estado que, mágicamente, un día abandonó su naturaleza siniestra para convertirse en algo positivo.
PÁNICO, para mí, se ha convertido en una prueba de crecimiento. Perder el miedo de hacer las cosas, de dejar ir, de seguir buscando, de no estar conforme… Perder el miedo también es crecer.
Coincidencias afortunadas y desafortunadas determinan nuestras vidas aunque no lo queramos. Cosas raras pasan todo el tiempo, cada minuto y en cualquier lugar del mundo. Así nació PÁNICO, en medio de un montón de casualidades afortunadas, con un trasfondo de casualidades desafortunadas. La inspiración es la necesidad de seguir adelante, de tener la esperanza de que todo, algún día, estará mejor. Y lo va a estar. “La mejor manera de ayudar es inspirando a otros”, dijo alguna vez un genio que realmente admiro. Hacer nuestro mayor esfuerzo es lo mejor que podemos hacer para ayudar a México, y queremos que todos los jóvenes, a quienes va dirigida esta revista, lo hagan. WHY NOT?
Gracias, amigos por hacer esto posible.
Gracias José y Gilo, por haber pisado este planeta. Ésta va en su honor.
- Tony Solis